Vivir la Navidad con Sandra en casa

Es impresionante cómo podemos hacer crecer la magia en casa con la ayuda de la inocencia de un niño  o niña. Siempre me ha gustado la navidad pero no es lo mismo vivirla con niños que sin ellos. Esta es la primera navidad que pasamos con nuestra hija Sandra, adoptada este pasado año en Colombia tras luchas muchísimo por ella, y ayer decoramos juntos con luces una casita de madera que le compramos hace un par de meses en esta tienda de casetas de jardín de madera y que adoró desde el primer día.

La verdad es que le regalo fue todo un acierto porque la niña se lo pasa bomba jugando sola, con sus primas e incluso con nosotros, dentro de la caseta.

Ayer por la mañana me preguntó si podía decorarla por Navidad y aunque mi primer impulso fue decirle que lo hiciera ella con manualidades y cosas así porque sería mucho más divertido, luego pensé que lo divertido sería hacerlo juntos y disfrutar del momento así que la cogí y nos fuimos a comprar luces para instalarlas en el tejado de la caseta. En el interior, hemos puesto un pequeño árbol de navidad e incluso hemos puesto un letrero hecho entre los dos que dice: bienvenidos a la navidad de Sandra.

Me encanta y fue adorable ver su carita cuando iluminamos las luces juntos.

Cuando llegó con nosotros a España no fue nada fácil porque ella, con 8 años ya, tenía unas costumbres difíciles de adaptar así que lo que hicimos fue adaptarnos nosotros a ella y, poco a poco, sin que se diera a penas cuenta, ir cambiándole algunas rutinas para que fuera conociendo y viviendo en la cultura española.

La semana pasada, sin ir más lejos, probó el pan tras 5 meses diciéndole que lo probara, que estaba muy bueno, ¡Y le gustó! Ahora podemos hacerle bocadillos para merendar, cosa que antes era completamente imposible.

Poco a poco, así es Sandra y así es como sabemos que tenemos que hacer las cosas con ella, poco a poco.

La idea de comprar una caseta en Hortum para ella fue de mi mujer porque ella de niña siempre había querido tener su propia casita de madera para jugar pero, aunque mi suegro le intentó construir la típica caseta en el árbol, la pobre acabó llorando porque al hombre se le desplomaba siempre la caseta (no es muy manitas la verdad, aunque la intención es lo que cuenta claro).

No se trata de darle al niño todo lo quiere o todo lo que puedes para que se adapte, el proceso de adaptación de niño adoptado no es eso, pero sí que es verdad que ofrecerle ciertas distracciones y demostrarle que aquí puede ser feliz es importante y aunque no le hemos colmado de regalos (apenas le hemos comprado un par de juguetes) nosotros pensamos que algo como una caseta de madera que le dé esa privacidad para jugar que a veces aún necesita sin que nosotros la vigilemos le hace bien, porque además le demuestra que confiamos en ella.

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