Ha llegado la hora de hacer cambios en casa. Esta vez, toca cambiar las ventanas. Entre los materiales más comunes para su fabricación, se encuentran el aluminio y la madera, convencionales y muy utilizados en las últimas décadas. El aluminio eliminó de las viviendas las ventanas de hierro tan habituales antaño.
Con la entrada en el mercado de este tipo de material, rápidamente se fueron sustituyendo. El aislamiento, la resistencia del material y su menor peso, las convirtieron rápidamente en la elección principal de todas las reformas.
En la última década, el PVC, es decir, el plástico de toda la vida, ha ido ganando el terreno a las ventanas de aluminio. Las prestaciones que ofrece el plástico frente al aluminio, dejando a un lado la madera, que también es muy utilizada en cierto tipo de construcciones, son bastante relevantes.
Este material conocido por todos y utilizado en infinidad de objetos, está en la vanguardia de la tecnología en lo que a aislamiento se refiere. A fin de cuentas, las ventanas, además de servir para mirar por ellas, son una manera de mantener aislamiento en las viviendas o edificios.
Nuestros amigos de CrearSur, nos avanzan que las ventanas de PVC son más que el presente, el futuro en lo que ha revestimientos se refiere. La variedad de diseños y las prestaciones que ofrecen este tipo de ventanas, contribuyen a que cualquier vivienda que las instale, se convierta en más eficiente.
Quizá pueda resultar un tanto irónico que el plástico, tan mal visto en cuestiones de sostenibilidad, sea la vanguardia en este concreto campo. Sin embargo así es. Las ventanas de este material por otro lado tan vilipendiado, son de una efectividad aislante extrema.
Ventajas sobre el aluminio
Son numerosas las ventajas que ofrecen este tipo de ventanas. Su fabricación cuenta con las propiedades aislantes del material y la rigidez del acero sobre el que se montan. Esta combinación de materiales, las convierte en un perfecto aliado para mantener el calor de los hogares.
La versatilidad del PVC, fácilmente moldeable con calor para su fabricación y posteriormente, ajeno a los diversos tipos climáticos, lo convierte en algo duradero. No requieren mantenimiento y su vida puede alcanzar los cincuenta años. Al contrario que sucede con la madera que necesita cuidados y protección frente a las adversidades meteorológicas.
Entre sus beneficios cabe destacar su durabilidad y resistencia; su eficacia aislante supera con creces a las ventanas de aluminio.
No sufre los cambios climáticos, el material no sufre deformaciones una vez ha salido de la fábrica. Mantiene su forma pese a las contingencias.
El mantenimiento es tan sencillo como limpiarlas con agua jabonosa. No requiere de productos especiales.
Al combinarlas con vidrios acústicos de buena calidad, el aislamiento frente al ruido es casi absoluto. No se escucha el tráfico o el ruido de la calle.
Mantienen tanto al frio como al calor, fuera de la casa. En épocas de frio, el calor del hogar se mantendrá constante al hacer hermética la estancia. Ocurre igual con las épocas de calor, el frío que proporciona el aire acondicionado ser más estable. En cualquiera de los casos, influye directamente en el gasto energético.
Aunque sean de plástico, son respetuosas con el medio ambiente.
Su refuerzo interior de acero las convierte en ventanas muy seguras. Algunas alcanzan un nivel de seguridad equivalente al que proporciona una reja.
Son difícilmente inflamables por lo que en caso de incendio no propagan las llamas, se autoestingue.
No se ven afectadas por la podredumbre o la corrosión. En zonas marítimas son mucho más adecuadas que las habituales de madera o aluminio.
Gozan de una enorme versatilidad para sus diseños y formas de apertura a la vez que cuentan con infinidad de colores y acabados.
Plástico sostenible, ¿en serio?
Resulta contradictorio que en medio de la guerra contra el plástico, el PVC se considere como uno de los materiales más sostenibles que existen. Sus propiedades y durabilidad así lo demuestran.
En la construcción es uno de los materiales más utilizados, no solo para las ventanas como venimos hablando, también para la fabricación de tuberías, entre otros.
Definitivamente los argumentos que ofrecen los expertos, indican que verdaderamente, este material es sostenible. Puede ser totalmente reciclado y darle otras formas y vida útil. Las emisiones de CO2 que se generan para su fabricación, son inferiores a las que pueden generar otros materiales.
La ya mencionada capacidad aislante que poseen, mejora la eficiencia energética como ya hemos comentado. Esto implica que su balance energético sea positivo. Ahorran más energía a largo plazo de la que se consume con su fabricación.
Parece que todo son ventajas en lo que a ventanas de PVC se refiere. A parte de todos estos beneficios para usuarios y medio ambiente, cabe señalar que sus costes, son menores que otro tipo de ventanas fabricadas en aluminio o madera.