Pensad en lo siguiente: verano, vacaciones, aire acondicionado, playa, piscina, sofá, televisión, buena comida, masajes y siestas. Es la combinación perfecta ¿no creéis? Obviamente soy consciente de que no todos tienen la suerte que tengo yo de vivir en Málaga con el mar a un tiro de piedra pero este verano, para mí, va a ser el más perfecto porque a todo lo que tengo siempre he de añadirle que mi mujer me ha regalado unos bonos de masajes en centroqb.com, aunque es un regalo un poco egoísta, todo hay que decirlo.
Por lo visto una amiga suya le ha dicho que las pasadas vacaciones estuvo yendo a este centro de quiromasaje y que cuando volvió al trabajo estaba mucho más relajada, se sentía mejor, más saludable y todas esas cosas de las que hablan las mujeres, y claro, mi mujer quería probar esa maravilla pero sabía perfectamente que para no quedar mal conmigo tenía que hacer algo al respecto porque la moza trabaja en una oficina y yo cargando sacos de arena y, por lo tanto ¿quién merece más esos masajes? El menda.
Shiatsu
La conclusión a la que ha llegado mi mujer es bastante acertada: dos paquetes por uno. Ha comprado bonos de masajes en CQB, el centro del que os hablo, para los dos, para ir juntos estas vacaciones de semana santa para las que quedan unos 15 días nada más y he de reconocer que ya estoy soñando con esos masajes y llamadme lo que queráis pero me he estado informando y he descubierto que hay una serie de masajes que se engloban dentro del Shiatsu, que es una especie de medicina alternativa japonesa, que te dejan como nuevo.
No es que yo ahora me vaya a volver un erudito en estas cosas, de hecho a mí ese rollo de la acupuntura y de la medicina natural me da un poco de repelús. En cambio, los masajes sí me llaman, y mucho.
El caso es que los masajes del Shiatsu ayudan a tratar el dolor de espalda, la migraña, las lesiones cervicales y rigidez del cuello, la movilidad reducida, el dolor menstrual (eso a mí me da igual), los problemas digestivos, los síntomas del asma, las lesiones deportivas e incluso la depresión clínica. Alucina en pepinillos. Y todo eso dando masajitos con las manos ¿es o no es para planteárselo?
Yo reconozco que en mi caso, bromas aparte, los masajes me van a venir muy bien para descargar ciertas zonas que tengo agarrotadas a causa del esfuerzo físico que hago en el trabajo. Hay días que tengo el cuello tan rígido que no puedo moverlo y algunas noches no puedo dormir porque soy incapaz de permanecer en la cama tumbado del dolor de espalda que tengo, así que me río de todo esto porque soy un poco capullo pero también sé reconocer cuando algo es necesario y cuándo hay que ponerse serios al respecto.
En el fondo, estas vacaciones de Semana Santa, van a ser una experiencia para mí y mi mujer y estoy muy contento de que haya comprado esos bonos y le haya hecho caso a esa amiga suya aunque, es posible, que yo nunca se lo diga.