Si eres de los míos, habrá días que estés deseando llegar a casa sólo para echarte en el sofá a descansar. Hay gente que sueña con que llegue el fin de semana para salir de fiesta, irse de cervezas con los amigos o para disfrutar de un largo paseo con su pareja a la luz de la luna. Todo eso está muy bien, de hecho a mí me encanta hacer algunas de esas cosas, pero también tengo momentos en los que lo único que quiero es mi sofá, mi manta y mi peli en el salón.
Y es que sé de gente que odia quedarse en casa, algo que yo no entiendo. ¿Es que no se cansan nunca? ¿No necesitan parar ni un minuto? A veces alucino con la energía de algunos, de verdad. Pero me he dado cuenta de algo muy interesante: esas personas que odian estar en casa suelen tener decoraciones impersonales y casas con muy pocos muebles, mientras que las personas como yo a las que nos gusta quedarnos de vez en cuando en el salón y relajarnos un poco disfrutando del hogar, solemos tener casas mucho más decoradas y cuidadas.
Eso me lleva a pensar lo siguiente: o no quieren estar en sus casas porque son tan feas y vacías que no lo soportan o es justo al contrario, no se molestan en tener la casa más arreglada y hogareña porque no pasan tiempo dentro de ella.
Mi casa, mi templo
Yo, por ejemplo, soy una auténtica friki de la decoración y cada cierto tiempo cambio algo de la casa. Para que veáis hasta donde llega mi obsesión os puedo contar que conozco a la mayoría de trabajadores de Multipinturas.com porque al año puedo cambiar el color de las paredes de mi casa un mínimo de tres veces y eso me hace llamar mucho a esa empresa para buscar asesoramiento. Mi última compra fue dos botes de pintura a la tiza que utilicé para pintar la pared lateral de la cocina que ahora está muy de moda, y luego me tire un día entero haciendo dibujitos con tiza y poniendo recetas ahí escritas. Ahora estoy pensando en pintar de nuevo el salón pero voy a esperar un poco.
Otras veces lo que hago es cambiar los cuadros y las láminas que decoran alguna de mis estancias. Antes eso era algo carísimo porque no había tanta variedad, ahora puedes cambiar los cuadros de la casa cada poco tiempo y eso es un plus para la gente como yo.
Obviamente los muebles son palabras mayores porque no es tan sencillo, ni tan barato, cambiar los muebles de un dormitorio o del salón, igual que cuando hablamos de cambiar la decoración de la cocina… demasiado caro como para hacerlo muy a menudo.
Lo que sí que me parece muy interesante es el tema de los muebles que cambian de forma. Se trata de muebles que están diseñados para tener diferentes funcionalidades e incluso para ser montados de manera diferente según encaje en tu decoración. Por ejemplo, una cabecero de cama aparentemente clásico que esconde ciertos escondrijos donde guardar cosas.
La principal característica de este tipo de mobiliario es, sin duda, su enorme versatilidad. Te permiten variar y jugar con el diseño lo que facilita la flexibilidad de la decoración de tu hogar de manera cómoda y sencilla. A mí cada día me gustan más y aunque hay una gama muy limitada actualmente, cada vez se ven más muebles con estas características. Estoy segura que de aquí a un año encontraremos muebles de este tipo en caso cualquier comercio del sector.